El Cine Musical:
Volumen I. Hollywood 1927-1944
Joan Munsó Cabús
Royal Books, S.L.,
01/01/1996 - 424 páginas
Cabús es un especialista español, aficionado al musical cinematográfico. En el primer tomo analiza todas la comedias rodadas desde los inicios del cine sonoro hasta 1944. Cada entrada incorpora datos técnicos y artísticos, comentarios del autor y calificación, siendo ésta tan orientativa, como subjetiva, pero que la convierten en una importante guía sobre el género. El libro está paginado a doble columna e incorpora un buen número de fotografías en blanco y negro, con alta calidad y gran impacto.
De los 730 títulos que incluye este "Diccionario del cine musical", un elevado porcentaje corresponde a películas rodadas en Estados Unidos, en atención a la hegemonía que ha ostentado Hollywood en ese género, y aunque en las páginas de esta obra también figuran muchos de los filmes que -en épocas diversas- contribuyeron a enriquecer el musical de extracción europea; menos universal que el norteamericano pero, a mí entender, al menos tan digno de mención, dada la personalidad, categoría y significación de varias de sus aportaciones al universo mágico del llamado -justamente- espectáculo global.
Esa sería la primera crítica. Notamos por ejemplo que analiza todas las películas rodadas por Carlos Gardel en Nueva York pero descarta las que el cantor filmó en Francia, así como los Cortos argentinos, de 1930.
Las críticas del Sr. Cobús sobre los films gardelianos se podrían sintetizar con las palabras que cierran su comentario sobre "Tango Bar": "El único valor que puede apreciársele hoy a este inefable película –aparte del histórico– es el de los tangos cantados por Carlos Gardel.
La obra ha envejecido de forma tan notoria –en el supuesto (dudoso) de que fuese realmente joven algún día– que su proyección mueve a la sonrisa, una sonrisa entre benevolante y divertida que quiere ocultar tras el biombo de lo "camp" la dolorosa incapacidad de unos autores para desarrollar una fábula medianamente aceptable."
...Conceptos muy duros, desde luego, y, al menos a mí me lo parece, bastante subjetivos.